"Con la palabra se ve lo no visto, o incluso lo no visible"-
EMILIO LLEDÓ. El silencio de la escitura

miércoles, 26 de enero de 2011

POSTALES



Miro, escucho, huelo, saboreo, palpo. Busco.
Te busco.
Me busco.

El grifo gotea.
Igual que antes cuando al anochecer oía tus pasos, por el pasillo, aproximándote
y me adormecían los sonidos reconocibles.

En el jardín, las violetas lloran su luto de viernes santo.
 Las veo.
Allende los retamos lo vestían de amarillos intensos.

Un gato, que no aquél, lame su pata.
El otro no pudo esperar para acariciar mi mejilla.
Se le hizo demasiado largo mi regreso. Como a ti.

La rama del jacarandá asoma en la ventana.
Roza el cristal de la cocina. Agrietado
El tiempo es implacable.

Hay una jarra de agua sobre la mesa. Es de vidrio incoloro.
Mis manos, las del ayer, retienen aún su color verde, transparente, como la vida en esos días. Pero acaso mi mirada haya desteñido los colores.

Huelo el caldo que bulle en los fogones. El vapor se expande y difumina las imágenes
Intento, en vano, que mi olfato reconozca el olor que alimentó mi niñez.
Caprichos del tiempo. De su inevitable empeño en envejecer lo que fue, lo que fui.

Mi cámara, la que llevo dentro, se obstina en retratar el ayer.
He de reemplazarla, me digo. En un intento vital de reconocerme.

Mi madre me oye y musita algo
Ella no me ha entendido. Lo sé.
Y yo...no puedo explicar lo inexplicable.

Te quiero- le digo
Ella me besa  en la frente, como antes, como siempre.
No hemos cambiado.

Apago la cámara. Cierro los ojos.


jueves, 6 de enero de 2011

UNA PAUSA

No... no soy yo pero me parezco 
Entre irse y quedarse


Entre irse y quedarse duda el día,
enamorado de su transparencia.

La tarde circular es ya bahía:
en su quieto vaivén se mece el mundo.

Todo es visible y todo es elusivo,
todo está cerca y todo es intocable.

Los papeles, el libro, el vaso, el lápiz
reposan a la sombra de sus nombres.

Latir del tiempo que en mi sien repite
la misma terca sílaba de sangre.

La luz hace del muro indiferente
un espectral teatro de reflejos.

En el centro de un ojo me descubro;
no me mira, me miro en su mirada.

Se disipa el instante. Sin moverme,
yo me quedo y me voy: soy una pausa.



Octavio Paz.

No lo he escrito yo, no hay dudas.  Pero cuando estoy un poquito melancólica me refugio en su lectura.  Los que me siguen sabrán que es uno de mis poetas preferidos.
Este poema  es el que necesito hoy.

En el post anterior les he dejado unas palabras de despedida-
Volveré.
Abrazos para todos.